viernes, 25 de septiembre de 2009

El hada sin alas




En el bosque de los elfos, duendes, hadas, enanitos de la suerte…vivía un hada sin alas que estaba muy triste porque no podía volar y esto la limitaba mucho, así que siempre que pasaba una estrella fugaz, le pedía sus alitas, cuando cumplía años, su deseo eran sus alitas… lo malo que un hada no puede realizar deseos para otra hadas.
Tanto elfos, duendes, enanitos y demás habitantes pensaron en todo lo pensable, realizaron todas las cosas, como lo hacen los realizadores de cosas… pero sin obtener resultados.
Nuestra hada caminaba por el bosque y se sentó en una seta de las de lunares, sus piececitos quedaban colgando y de repente escuchó: -“Eva”, que era como se llama nuestra hada… -“¡Siii!”-era el ciempiés que le pedía ayuda para llegar a sus manos. Cuando estuvo cerca de ella le dijo: -“he oído por el bosque que estás muy triste porque no tienes alas, imagina que fueses verde, lento y con cien pies, debería ser rápido pero yo estoy contento, tengo muchos zapatos, lo veo todo abajo y eso es muy interesante, piensa en todo lo que puedo ver”… -“¡si!”, dijo Eva, “pero un hada sin alas ¿qué es?”.-Pues un hada encantadora, con una voz que no tienen ni las sirenas, amable con todos, mientras tu tristeza por las alas te agria el carácter, con toda tu altura que te permite casi volar si te montas en el columpio de flores, …cierra los ojos, será una sensación maravillosa. Además; deja de llorar, cambia tus lágrimas por sonrisas, eso hará que los habitantes del bosque estemos más felices porque tú lo estás y no pierdas la esperanza, mientras concedes deseos con tu varita de luna y recuerda….sobre todo, canta.
Eva se quedó pensando y comenzó a cantar y hacer lo que las hadas saben hacer.
Y un día cualquiera de cualquier mes alguien que pasaba por el bosque y escuchó su voz, quedó muy impresionada y se preguntó qué podría hacer para conocer a la dueña de esta voz y el ciempiés, que escucha los pensamientos más ocultos dijo: “Eva, Eva, canta de nuevo y grita tu deseo” y comenzó a cantar, emocionando de tal manera a esta señora que no pudo evitar que unas lágrimas rodaran por su rostro y fueran a parar sobre la espalda de nuestra hada que, mojada, corrió a resguardarse a toda prisa y olvidó pedir su deseo, aunque aquel día se fue a dormir más animada.
Al amanecer, al día siguiente, todos señalaron a Eva y algunos tartamudearon: “mi i-i- ra,
tu -tu-tu es-pal-al-da”, Eva se giró y dos alas trasparentes y brillantes salían de su espalda.
Su alegría era tan grande, que corría, saltaba, volaba y disfrutaba de su mágico día, llevando con ella a su amigo el ciempiés.
Como no pudo ver quién la escuchó decidió cantar todos los días a la misma hora por si pasaba la señora y así podría darle las gracias.
…Si caminas por el bosque y una canción te emociona no lo dudes, tu oído no te engaña, es el hada con alas… Eva.



Para mi hermana Eva Alén Alcañiz por
Tu voz, por tu magia y por dejarte querer
Con retraso en el día de tu cumpleaños
Besos de tu hermana NATI
TE QUIERO

martes, 15 de septiembre de 2009

Por Cigarrear


Esta es la historia de una voz que cayó un día del cielo, porque un angelito jugaba a hacer el pino en una nube mientras que con lluvia limpiaba su arpa. Muy preocupado corrió a decirle al Señor que había perdido su voz y Dios, sonriendo, le dijo:
-”Tu voz está en la tierra y otro ángel va a encontrarla. Cada vez que él cante, eso sí, te dejaré escucharla.”
Dios andaba muy preocupado por el cielo esos días porque no podía darle esa voz a cualquiera. Tenía que ser alguien muy importante. Pero como Él tenía mucho trabajo y mucha gente que atender mandó a una de sus estrellas para buscar a la personita que iba a ser instrumento de esa voz.
La verdad es que la estrella que envió era un poco despistada. Anduvo y anduvo por muchas ciudades, sin contar las veces que pasó por las mismas sin acordarse.
Un poco cansada de no encontrar a nadie decidió dar un tranquilo paseo a hombros de una paloma y volver al cielo para darle la noticia a Dios. Entonces la paloma se posó en una montaña a beber las gotas de plata que flotaban en una flor bañada por el rocío de la mañana. En ese momento fue cuando la estrella vio al niño, que sentado en una roca miraba al cielo con carita triste porque en su vida faltaban citruéñigos.
La estrella, emocionada, dijo a la paloma:
-”Tú le darás la Paz, yo la Luz y Dios la Voz” Y una flor, que despertaba a la vida, se unió a la fiesta y le regaló el Amor.
Este niño comenzó a caminar por la vida y conoció a muchos citruéñigos. Les dio luz y calor, les hizo sonreír, les enseñó a cantar y decidió vivir su vida entregado a Dios, pero no a un dios cualquiera sino al Dios de la alegría y la libertad.
Por eso su Paz puede tocarse, porque se la regaló una paloma con alas de libertad. Por eso brilla en la oscuridad, porque una estrella le salpicó con polvos de luz. Su amor es puro y fresco como el aroma de una flor cuando nace. Y su voz es un regalo de Dios.
Cada vez que el niño canta, un angelito en el cielo con carita picarona se asoma entre las nubes y sigue su melodía con el arpa. Por eso cuando el niño está triste y no canta un angelito llora.

Si alguna vez una luz te ciega con aroma de libertad y una voz te hace sentir en paz, sal corriendo y abraza a ese niño porque quererlo a él es como querer al mismo Dios.
Y así termina la historia...
No olvides que cuando caen cosas del cielo una estrella, algo despistada, baja a la tierra para regalarlas.

miércoles, 2 de septiembre de 2009